lunes, 26 de septiembre de 2011

¿Para dónde va la economía del Alto San Jorge?


Por Iván Tapia Morfil


Lo más probable es que la mayoría de los alcaldes actuales de esta subregión, e inclusive muchos de los aspirantes para las próximas elecciones, no conozcan la realidad de sus municipios y no sepan cual es su potencial hacia el futuro, y por lo tanto se conforman solamente con ejecutar los recursos que por ley les llegan durante su periodo. Muchos no saben para qué es la planeación y por ello vemos pueblos totalmente atrasados y sin posibilidad de un mejor futuro.

El presidente Santos anunció que pondrá en marcha la locomotora de la minería, y lo más probable es que ninguno de nuestros alcaldes haya investigado en Ingeominas qué títulos mineros o concesiones se han entregado en los últimos años para su municipio y sus alrededores, y a quienes se han entregado. Tener esta información es vital puesto que nos ayuda a conocer lo que viene y para prepararnos oportunamente, al igual que para verificar que los títulos o concesiones no se hayan entregado en zonas de parques naturales o en territorios indígenas.

El alto san Jorge es rico en minería y es inconcebible que nuestros alcaldes y dirigentes locales y regionales se sigan enterando de lo que sucede en este sector solamente cuando llegan las empresas a establecerse para iniciar la explotación; mientras sigamos así seguiremos quejándonos toda la vida por falta de oportunidades, mirando como se llevan nuestras riquezas, conformándonos con que nos den una pequeña parte de los empleos de más baja categoría, sufriendo una gran inflación y un gran impacto ambiental, permitiendo que las compensaciones que se pagan por la explotación sean dilapidadas por el gobernante de turno y agradeciendo a las multinacionales porque nos “regalan” obras que posteriormente son deducidas de los impuestos que por Ley deben pagar.

Montelíbano no es ajeno a esta realidad, el próximo año se vence el contrato de concesión para la explotación de Ferroníquel y no se ha dado que alcaldes, aspirantes, dirigentes, profesionales, líderes, empresarios, entre otros, estén unidos para analizar este tema tan importante y fundamental para el desarrollo de toda la subregión del San Jorge. Ya se deberían haber realizado algunas mesas de trabajo para definir lo que se le pedirá al Estado en beneficio de toda la comunidad por el otorgamiento de dicha concesión por treinta (30) años, tal como lo está solicitando la empresa explotadora. Sería imperdonable que ocurra igual que hace treinta años atrás, donde nadie conocía los alcances de la concesión y las retribuciones que debería recibir la comunidad; si no se tiene la información no es posible tener una buena negociación, y por lo tanto seguiremos escuchando las quejas y lamentaciones en las esquinas y en pequeñas reuniones por la falta de oportunidades para los hijos de Montelíbano, así como para las empresas locales.

Las tierras productivas de Montelíbano se encuentran en la margen izquierda del Río San Jorge, al igual que todos sus corregimientos, por ello para alcanzar el desarrollo sostenible del que todo el mundo habla pero que no hemos logrado, requerimos vías de penetración en buen estado -en este momento son intransitables- para que nuestros campesinos puedan producir y comercializar sus productos. Por eso la dirigencia local debe unir esfuerzos para solicitarle al Gobierno Nacional que en contraprestación por la Concesión de la explotación de Ferroníquel nos sea construida en asfalto la carretera que una todos nuestros corregimientos hasta llegar a Tierradentro -tal como está definido en el Plan Básico de Ordenamiento Territorial-, iniciando con un puente sobre el Río, el cual debería estar ubicado en nuestra zona urbana.

El pueblo del San Jorge no solo debe despertar para aprender a elegir bien sus gobernantes sino que debe aprender a valorar lo que tiene y a unirse para defender sus derechos. Nuestros municipios necesitan buenos gobernantes y es deber de todos contribuir para que eso ocurra sin hacernos los de la vista gorda y sin buscar excusas para evadir responsabilidades. En Colombia a menudo escuchamos que la norma de las multinacionales (y de algunos de sus funcionarios) es no participar en política y por lo tanto no influir en la elección de mandatarios locales o regionales, pero tomando el caso de CHIQUITA BRANDS -que confesó haber entregado cerca de 2 millones de dólares a grupos paramilitares de Córdoba y Urabá- cabe preguntarse ¿no habría sido mejor para la población que hubieran destinado esos recursos para apoyar las campañas de excelentes candidatos en lugar de entregarlos a grupos al margen de la ley?

Con el auge minero el clima social en Colombia está caliente, puesto que las protestas -en especial contra las petroleras- se han intensificado últimamente, acompañadas de múltiples demandas. Algunas protestas han llegado hasta las vías de hecho porque las poblaciones se sientes olvidadas y abandonadas por el estado, y ahora aprovechando la bonanza minera ven la oportunidad para conseguir que le hagan las vías, las escuelas, escenarios deportivos, sitios de recreación y que se contrate a la gente de la región. Montelíbano no es ajeno a toda esta problemática, ojala el gobierno nacional preste atención a todo lo que está sucediendo antes que la población se canse y también decida organizarse y protestar, puesto que las condiciones de vida, de seguridad, de empleo y de infraestructura nos son las mejores.