La crisis que vive Montelíbano en todos sus sectores tiene su principal fundamento en la pugna por el poder en la administración municipal y en el despilfarro de nuestros recursos. Todos estamos sufriendo por el mal momento de la economía local, por la violencia, por la inseguridad, por el desempleo y por todos los problemas sociales acumulados durante los últimos años, pero indudablemente los más perjudicados son las personas que se encuentran en mayor condición de vulnerabilidad.
Toda la población de Montelíbano sin diferenciar entre nativos o foráneos, católicos o evangélicos, negros o blancos, profesionales o no profesionales, empleados o desempleados, ricos o pobres, desplazados o no desplazados, políticos o apolíticos, urbana o rural, tenemos que hacer un alto en el camino y velar por que nuestros recursos sean invertidos adecuadamente; debemos plantearnos muchos interrogantes y analizar qué vamos hacer: ¿hasta cuándo vamos a permitir que los recursos que son de todos nosotros se sigan perdiendo?, ¿hasta cuándo vamos a seguir votando por los que nos compran el voto?, ¿hasta cuándo vamos a dejar la responsabilidad de elegir a nuestros gobernantes en manos de unos pocos?, ¿hasta cuándo vamos a dejar las excusas tontas para no hacer nada por que las cosas cambien?, ¿hasta cuándo vamos a seguir votando por los mismos que nos tienen en el atraso?, ¿hasta cuándo vamos a seguir pensando que para aspirar a la alcaldía es más importante la plata que el programa de gobierno y la hoja de vida del candidato?, ¿hasta cuándo el pueblo va a seguir conformándose con migajas?, ¿hasta cuándo vamos a subvalorar a nuestra gente?, ¿cuándo vamos a darle la oportunidad de que demuestren que pueden con un cargo o un empleo digno?. El día que por lo menos cambiemos el 20% de lo anterior empezaremos a lograr la transformación que requiere Montelíbano.
Es hora que nuestros gobernantes y que quienes aspiran a sucederlos analicen la situación actual de nuestro municipio, articulen sus proyectos y propuestas en la dirección hacia donde vamos para el mediano y largo plazo y no sigamos administrando de acuerdo a lo que se vaya presentando como se ha hecho hasta ahora: sin ningún tipo de Planeación. Hay que tener la información de los proyectos que vienen para el municipio y para el San Jorge que puedan impactarnos significativamente, no podemos seguirnos enterando cuando las construcciones ya están comenzadas o lo que es peor, cuando están terminadas. Tenemos que saber, entre otras cosas: ¿cuál es el potencial de nuestra región?, ¿qué proyectos o negociaciones hay en ejecución que puedan afectarnos?, ¿Cuáles son los Títulos Mineros que ha otorgado el gobierno nacional?, ¿qué viene para Montelíbano y la región si se renueva o no la concesión de explotación de Níquel que se vence en el 2012?
Pensando en para donde vamos y en nuestro futuro, propongo que comencemos a trabajar en la conformación a corto plazo de la Provincia del Alto San Jorge y en el mediano plazo en la creación del departamento del San Jorge -con posibilidad de incluir el Bajo Cauca-. La provincia es una entidad territorial que puede conformarse en términos de nuestra Constitución y de la Ley, y puede estar integrada por dos o más municipios dentro del mismo departamento; en nuestro caso podríamos hacerlo con Montelíbano, Puerto Libertador, San José de Uré y La Apartada, cuatro municipios que tienen muchas cosas en común, atraviesan los mismos problemas y con mucho potencial para desarrollarse sosteniblemente.